jueves, 13 de noviembre de 2008

Sucede que a veces (como Serrano)


"Como una aguja del reloj que ha perdido el tiempo: me muero de ganas de verte por la mañana, me quedo mirando el teléfono a ver si llamas, me voy derechito al buzón de las llamadas perdidas e intentando localizarte se me hace de día.

...Pero mañana… Pero mañana…"

de Estopa (Fin de Semana)



A veces nada sienta mejor que un buen caldo de pollo, otras tantas una cerveza, un café cargado, una mano amiga o simplemente que te dejen a solas.

A veces es casi análogo al oxígeno una balada temática, el toque de una puerta, la sonrisa sin precio de un niñito cualquiera que nos ilumine por allí, andando por la calle.

A veces es necesario sentarse a no hacer nada: a hacer run-run con los pensamientos como solo las mujeres sabemos lograrlo; también a veces para sobrevivir hace falta a las féminas imitar un tanto esa mezquindad en los sentimientos de que solo los hombres muy masculinos y muy centrados saben hacer gala.

Hoy por ejemplo que tengo mi estómago en llamas me haría falta un helado con sirope de chocolate, pero como no lo tengo y a mi espíritu también le hace falta unos versos de Alfonsina Storni, digo en muy venezolano: a falta de pan, buenas son arepas...



CONVERSACIÓN


Dios te perdone al fin tanta tortura:

bien que a tu mano la movió el despecho y daga fina hundísteme en el pecho,

que no te sea la existencia dura.

Que una vez más conozca la amargura importa poco;

el corazón deshecho aprende más con su impiedad.

Bien hecho; gracias, amigo, que esto me depura.

Iba teniendo una sospecha vaga de que la llama del placer se apaga

poquito a poco en el camino humano.

Temblaba acaso por su leve abrigo,

pero inquietud me ahorras, buen amigo,

que de un golpe la ciegas con tu mano.

(A. S.)

martes, 11 de noviembre de 2008

no lo releeré ni lo corregiré esto va en bruto

no me da la vida para besos de despedida ni palabras bonitas ni para recordar con ahinco esa mano en mi espalda, ese camino de hojas naranja, esa casa rosada de una sola ventana, el olor a hombre de ese cuarto en desorden siempre vacío; la garganta no me deja llorar más, ni lo áspero de mis manos le da permiso al pensamiento a que se eche a volar; jamás he sido coro entre gente alegre: mi risa cuando aparece suele agraviar susceptibilidades y mis lágrimas siempre enervan a las humanas y futiles interrogantes hoy yo soy y voy con mi vulgar cansancio disfrazado de bandera blanca y resignación allende galicia, allende los mares allende mi cuarto y la extensión de un colchón que me aguarada sin el crimen ni el castigo de algún cuerpo tibio, pero no espero, no desespero, no interrogo, ni le cuestiono a la vida; al lado de ese colchón hay otro y ahí sí, ahí si un cuerpo tibio y menudo arrincona la soledad y avasalla a la amargura, ilumina por sí mismo y me recuerda que es tremendo estar vivo. Gracias hijo por decirle a este disparate encarnado que tu sonrisa vale cada lágrima y cada tropiezo, cada fortuna y cada chorro de dicha quepor mi rostro se cuela. Gracias hijo solo por ser, solo por ecirme ma-má

10 Mandamientos para salvar la tierra

1. Acabar con el sistema capitalista

2. Renunciar a las guerras

3. Un mundo sin imperialismo ni colonialismo

4. Derecho al agua

5. Desarrollo de energías limpias

6. Respeto a la madre tierra

7. Servicios básicos como derechos humanos

8. Combatir las desigualdades

9. Promover la diversidad de culturas y economías

10. Vivir bien, no vivir mejor a costa del otro