jueves, 19 de septiembre de 2013

La Mujer que Quizás Él Quiera

 
Canta Serrat:
La mujer que yo quiero no necesita bañarse cada noche en agua bendita; "tiene muchos defectos" - dice mi madre, "y demasiados huesos" - dice mi padre-: pero ella es más verdad que el pan y la tierra, mi amor es un amor de antes de la guerra, para saberlo... La mujer que yo quiero no necesita, deshojar cada noche una margarita.
Yo no soy la que sobrada sabe que ate a nadie a mi yunta, o quizás sí, y quizás son unos cuantos los que sueñan de vez en cuando conmigo, los que casi a diario buscan el modo de ofrecerme una vida (por demás ficticia y de "escoba nueva") llena de bombones y flores.

Pero entre esos cuantos no estás tú...
Por lo cual, sí me veo de cuando en vez deshojando cayenas, ixoras y comiéndome los pétalos del "no me quiere"
Porque la certeza de mi sensación de soledad es, como canta Serrano:
Negra como una caries, como un septiembre estudiantil, como la certeza de que no sueñas conmigo, negra como aquel bar donde se esconden los malditos...


miércoles, 18 de septiembre de 2013

Dale a la piñata que queremos Caramelo… Dele, dele más, dele que a la final… son pasteles

Maracaibo, 18 de septiembre de 2013.

Las frases del vulgo: las palabras del refranero popular y fervorosamente esperanzado no se parecen en nada a las frases de la piel, no, definitivamente.
Mientras tu piel arde, se reseca, se marchita, se estremece.
Mientras el corazón se te encoge, el miedo te acecha y los dolores del desamor ”hacen leña con todo y la palma”…

“La gente” te dice:
             Pedile a Dios, pa’ él no hay nada imposible.
                                    Cree en ti
                                   Sé creativa
                                  No pierdas la fé
                                 Para ti viene algo muy bueno
                                Nunca pierdas la esperanza
                               Pide ayuda al gobierno mi almaaaaaa


Al tiempo que yo, sin poder comerme ni medio ápice de los discursos de autoayuda y esperanza a ultranza, yo, sin sentirme ave, ni mucho menos mitológica: (para poder darle la mano a Santiago camino a la escuela, para sonreírle al dormir y al despertar, para hacerle sentir que su tarea no es aburrida…) me veo renacer de las cenizas en las que me desmorono cada día, cada noche…

María Mayela García

martes, 17 de septiembre de 2013

de Teresa Wilm Mont

Frente a mi ventana cerrada pregunto al tiempo cuánto más he de vivir.
Las sombras anegan mis persianas, y apenas marca una delgada raya la claridad.
El reloj tiene titubeos de corazón enfermo.
En un gesto convulsivo se crispan mis manos sobre el papel.
Buscan el apoyo de la tierra.

Ser Mujer hace 100 años y no ser apta para señoritas


Una noche, llegando de una fiesta infantil que (como cosa rara) culminó a las once de la noche, se me dio por luchar contra el insomnio sintonizando un canal nacional que en “Cine C”, proyecta normalmente buenos y extraviados filmes, se me presenta ante los ojos (ignorancia crasa que a veces se transfigura en salvaje inocencia) una artista que, felizmente no se perdió en el tiempo, por lo desafiante de su vida y lo brillante de su obra: María Teresa de las Mercedes Wilms Montt. Y he de admitir que TODO de su ser me impresionó, y lamentablemente (dado su suicidio antes de sus 30 años), me identificó sobremanera: su rebeldía, relación con poetas y bohemios de Suramérica y Europa, el dolor de ser madre en el contexto que lo fue y pienso que quizás, pese a las escaladas sociales que hemos logrado a través de los años, con uñas y dientes, con lágrimas y sangre, quizás, repito no sea tan distinto el summun de dolores que el hecho de ser mujer nos hace atravesar a estas alturas del año 2013 en el calendario gregoriano.
Por eso a mis hermanas, amigas del alma, primas, madre, tías, abuelas y todas mis congéneres de hoy, ayer y de anteayer, les dedico desde mi corazón de reciente treintañera y a la salud de ese 15 de septiembre en que llegue al mundo asumiendo la valentía de ser mujer latinoamericana abonada al arte y a la ciencia. Estas líneas, que como botón de muestra expresó tan hermosamente Teresa Willms en una época en la que ser mujer le costó la vida antes incluso de morir realmente:

“Soy Teresa Wilms Montt… y aunque nací cien años antes que tú, mi vida no fue tan distinta a la tuya. Yo también tuve el privilegio de ser mujer. Es difícil ser mujer en este mundo. Tú lo sabes mejor que nadie.

Viví intensamente cada respiro y cada instante de mi vida.

Destilé mujer.

Trataron de reprimirme, pero no pudieron conmigo.

Cuando me dieron la espalda, yo di la cara.

Cuando me dejaron sola, di compañía.

Cuando quisieron matarme, di vida.

Cuando quisieron encerrarme, busqué libertad.

Cuando me amaban sin amor, yo di más amor.

Cuando trataron de callarme, grité.

Cuando me golpearon, contesté.

Fui crucificada, muerta y sepultada por mi familia y la sociedad.

Nací cien años antes que tú y sin embargo te veo igual a mí.
Soy Teresa Wilms Montt, y no soy apta para señoritas".

lunes, 9 de septiembre de 2013

Podría ser Verdad

“…caminos que nos tocan, propicios para el heroísmo más completo, o para guardarnos como cautelosos erizos…”
Víctor Valera Mora

A Ana Cristina, por el heroísmo de levantarse de la cama, bajarse del avión, lavarse el rostro, caminar aunque el sol no favorezca.



No se equivocaba la Negra cuando cantaba que el sol volverá y que la flor siempre crece con el agua.
Tantos años entre libros de ciencia me otorgan la certeza de que si hay un Creador, este no traiciona jamás sus propias leyes; y que así como con toda seguridad el anochecer precede al alba, así sé, así creo (y con eso basta, como diría Fito), que todo cuanto cosechan nuestras manos, es siembra propia y nada más.
Pero hay días de días…
Días en los que el religioso reniega y descree.
Días en los que el poeta, profesor y amante dice querer: “soltar todo y largarse”
Días en los que la señora de a pie ya no le ve sentido a que la casa esté limpia.
Días en los que abrir los ojos en la mañana puede resultar amenazante.
Días en los que el miedo nos hace su presa y hacemos leña con todo y la palma todo por el humano intento de haberle dado hachazos al dolor sin alcanzar tocarlo…
Días de nudo en la garganta y lágrima oculta al mirar atrás; días en los que deseas pasarle borrador al ayer más próximo y más lejano; que nadie te conozca ni recuerde; ganas absurdas de iniciar de cero una historia más lúcida y con mejor pronóstico.
Por eso, en días como esos, en días como el de hoy: puede todo saber insípido, irrisoriamente fluctuante, absurdamente injusto y enrevesado, pero ni el nubarrón de este cielo de hoy habrá de arrebatarle el sentido a mi canto bajo el sol, a la esperanza lógica de que puedo labrarme un camino menos espinoso, porque ciertamente: la esperanza es una memoria que desea: eso es verdad…

            María Mayela García G.

10 Mandamientos para salvar la tierra

1. Acabar con el sistema capitalista

2. Renunciar a las guerras

3. Un mundo sin imperialismo ni colonialismo

4. Derecho al agua

5. Desarrollo de energías limpias

6. Respeto a la madre tierra

7. Servicios básicos como derechos humanos

8. Combatir las desigualdades

9. Promover la diversidad de culturas y economías

10. Vivir bien, no vivir mejor a costa del otro