viernes, 26 de septiembre de 2014

cantando esta cancioncita desde el alma...


"...a tí te deseo que de cascabeles, pífanos y timbales se alegre tu camino,
que nunca te sea adverso el destino, que encuentres en tu vida amigos diáfanos y entretenidos.

Sobre mis párpados velas, frágil ave de la madrugada, eres péndulo que en la vigilia hiere.
Tus cortantes palabras, tu rotundo gesto, son el gélido viento que silba por las rendijas de mi pensamiento. Y es tan honda la nostalgia que hoy siento...

Aléjate espejismo del amor eterno, sólo eres literaria veleidad. Ni al peregrino das posada,
ni al sediento agua, ni al que ansía saber muestras la verdad.

Detesto el tiempo, la ansiedad lamento. Descansar sólo quiero, junto al calor del fuego. Me amarro al momento y lo único que poseo, con los hombres azules irme al azul desierto.

Es lo que hoy deseo, y a tí te deseo que encuentres tu camino. Es lo que hoy te deseo y lo que hoy te escribo."
 Manolo García
 

lunes, 22 de septiembre de 2014

A 41 años de tu Viaje

    POEMA 3
Ah vastedad de pinos, rumor de olas quebrándose,
lento juego de luces, campana solitaria,
crepúsculo cayendo en tus ojos, muñeca,
caracola terrestre, en ti la tierra canta!
En ti los ríos cantan y mi alma en ellos huye
como tú lo desees y hacia donde tú quieras.
Márcame mi camino en tu arco de esperanza
y soltaré en delirio mi bandada de flechas.
En torno a mí estoy viendo tu cintura de niebla
y tu silencio acosa mis horas perseguidas,
y eres tú con tus brazos de piedra transparente
donde mis besos anclan y mi húmeda ansia anida.
Ah tu voz misteriosa que el amor tiñe y dobla
en el atardecer resonante y muriendo!
Así en horas profundas sobre los campos he visto
doblarse las espigas en la boca del viento.
autógrafo
Pablo Neruda, 1924


viernes, 12 de septiembre de 2014

Volviendo a la Carga

Después de un día de ausencia; mucho por dar luego de notar la evidencia de ciertas huellas nuevas en mi cuerpo, reflejo quizás de lo que pasa mi espíritu: una severa crisis de asma luego de dos años; y: mi primera arruga antes de los 31. Una medalla ingrata de honor al mérito que afea mi rostro y le dice stop a mis angustias inútiles: FELIZ DÍA MUNDO.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

El Tema de Tener Muchos Temas…

Maracaibo, 10 de septiembre de 2014.


“…fragilidad de flor: nada que ver con mi perverso favorito. Sin tus uñas arañándome la espalda, sin tus manos que me estrujan todo cambia, sin tu lengua envenenando mi garganta, sin tus dientes que torturan y endulzan yo no siento nada…”
José Ramón Flores /Alejandra Guzmán

“Fue como fue, me robaste el alma me tuviste a tus pies, te amé…  Me equivoque, creía que era eterno despertarme en tú piel, no sé…  Si fui ingenua al pensar que amarías igual con la misma fuerza de un huracán…  Fue mi culpa al final, el quererte de más y tan sólo recibir la mitad (…) Bajé la guardia y aposté el corazón, tantas palabras y ninguna emoción  Yo te quise y no te bastó: y aún te amo a pesar de que has sido mi peor error.
John William Hartfiel /Alejandra Guzmán


Al fin, aunque creí por varios momentos cruciales de mi día de hoy que no podría, estoy jugando a probar desafiarme y no auto decepcionarme, y ya como hube terminado mis encargos laborales (nominalmente soy “investigadora” en una universidad pública de mi país, pero actualmente ejerzo en la misma como coordinadora académica de un departamento), una vez enviados los correos respectivos y cerradas las conexiones telefónicas, me dispongo a relatar todo lo interno que he vivido en las últimas 24 horas, hallándome francamente incapaz de poder resumir en algo que no se lea: trillado, tedioso e incoherente, todas las sensaciones, pensamientos y emociones del día, aunque ni siquiera saliera de mis cuatro paredes laborales y hogareñas. Es más, hasta para esta auto excusa de centrarme en un tema determinado (o en ninguno) me llegan infinidad de ejemplos en los que apoyarme para levantarme el ánimo y auparme a seguir escribiendo así sea por drenaje psíquico: recuerdo a Ernesto Cardenal cuando en sus “Versos a Claudia” decía algo así como: Claudia, cuando supe que te casabas con otro escribí ese artículo contra el gobierno por el que estoy preso; o el Gabo, que tomó la palabra sugerente de Bryce Echenique quien le aconsejó que para su columna periodística de entonces, dado que se encontraba sin musas, escribiese sobre el tema de no tener ningún tema.
Así pues, como se hace evidente: mi título actual de original y creativo tiene lo que las grandes ciudades tienen de aire “libre”. Sin embargo aquí persisto, porque a veces la noble perseverancia puede disfrazarse de necedad y salir a pasear en un blog cualquiera.
Notando como ya no tengo la cintura de los 20 y ni siquiera la de los 25 cuando ya era madre, y que desde hace más de 5 años me aplico cremas “anti-edad”, también noto que me miro al espejo con mayor aprobación que antes, de repente porque manejo mejor la indulgencia, sobre todo hacia mi persona, que es siempre lo que más me ha costado. Veo que, ciertamente, el proceso del perdón tiene sus vaivenes, sobre todo cuando la “agresión” viene de quien esperabas amor y entrega como tú le otorgabas. Se te va a flote la rabia a la menor provocación o reminiscencia desagradable, siendo el principal desembocadero (a veces) de tu rabia, tu propia persona: por haber perdonado, por haber aceptado, por haber permitido, por ser tú…
En definitiva, a semejante tenor creo comprender, al menos para mis adentros, o para el contexto de lo que me pasa, que, a un padre, abuelo, tío y hasta hermano, es mucho más fácil perdonarlo a fondo y sin mezquindades; pero a un amigo, compañero laboral, novio o esposo, no es que sea más difícil, es que es algo así como un antes y un después, así se rían, beban, coman y se acuesten juntos: ya nada quedará como antes: es una taza que se quebró, pegaste y en cualquier momento, el café muy caliente reabrirá una zanja y será entonces, cuando tomarás la decisión de volver a aplicar pega, sellador, seguir usando la taza a riesgo de amargar tu café o; usarla como adorno para dejarla olvidada y un día de limpieza o mudanza, definitivamente botarla.
Y es porque a los amigos y parejas los creemos fruto de nuestro selecto buen tino y más que sentir rabia hacia su traición nos duele lo que inconscientemente consideramos nuestra “ingenuidad” o mal juicio para escoger en quien depositar confianza…
En fin, me duele hasta el pelo de tanto dolerme ese corazón “que se desnudaba de impaciencia ante tu voz, pobre corazón que no atrapa su cordura” que cantaba Juan Luis. Porque creo que seguir amando a quien amo está siendo: “mi peor error” y hoy: aunque trabajé toda la tarde y soy una Coordinadora eficiente; aunque lloré de amor por ver tan hermoso y brillante a mi hijo; aunque hablé con dos de mis más queridas y leales amigas, sobre proyectos de juerga, abrazos y fines de semana; aunque discutí con mi peluquera para que no se niegue a hacerme mechas azules y mediamos en el borgoña (ella quería champaña y soy morena como Frida Khalo); aunque mañana tengo mil razones para levantarme y continuar haciendo patria; hoy: hoy no me dieron ganas de hablar de otro tema. Solo ese: estoy herida: perdonar es perdonarme y me es difícil.

María Mayela

martes, 9 de septiembre de 2014

Volviendo a ser yo

Maracaibo, 09 de septiembre de 2014.

“…los significativos detalles,  los recuerdos de la calle, lo que imaginé algún día, el gesto sencillo de mi niño, la ternura y el cariño, lo que existe todavía (…) el presentimiento del destino, el andar que hace camino, el servicio de la tierra (…) vamos pues a disfrutar lo que da la naturaleza, de una vez, (sin esperar) que la vida  es placentera…”
Ricardo Portillo




A pesar de que el fenómeno social y patológico de la inmediatez, del cual nos contagia la bruma del internet y las redes sociales, me atrevo y me entrego a ese viejo vicio cibernáutico que alguna vez fue mi blog, con la vaguísima esperanza de que algún espíritu noble y afablemente ocioso se dé gusto en leerme así sea solo por ver en qué quedan estas líneas que solo fueron enhebradas por el simple y abandonado placer de escribir por escribir, dado que tengo bastante rato, cansada de solo hablar noches, madrugadas y tardes con mi propia cabeza.
Sucede entonces, que tomo la decisión tímida y vacilante de retomar mi “yo” de siempre; volver a ser esa que disfrutaba un libro con paginación real (y por demás tangible) y copiaba fragmentos para lanzarlos a ese mundo que pasea por las páginas  virtuales, muy coloridas pero inodoras; la que lloraba ante una injusticia para poder disertar en un ensayo de dialéctica y política social; la que languidecía de amor oyendo una canción para correr a escribirle a su amado un inmenso correo electrónico que éste a duras penas se molestaría en mirar para luego decir que no lo había entendido bien; la que cuelga una foto de su niño para poder buscar mil formas nuevas de bendecirlo con su amor materno… En fin, la idealista de pies en tierra que he aprendido a ser, quizás con más corazón–coraza como diría Mario Benedetti, quizás con cierta insensibilidad forjada a partir de la conclusión feroz de que todos los asuntos de “fuerza mayor” son inexorablemente justos.
Y así, cuento primero, que voy llegando de las primeras vacaciones laborales de mi vida; retomo el trabajo llena de toda la esperanza que mi amor por lo solidario del ser humano me genera; viendo las mismas bajezas y altezas de siempre, viendo que mi oficina sin ventanas y con una lámpara rota sigue igual, con todo su mobiliario y todo el trabajo que el 1 de agosto dejé como “en la nevera” y que me espera para ser descongelado con el calor de mis mejores ganas.
Mañana volveré a ver cómo voy hilvanando algunas y otras tantas cosas, que le den sentido al posible sin sentido de mi íntima narración…

María Mayela


10 Mandamientos para salvar la tierra

1. Acabar con el sistema capitalista

2. Renunciar a las guerras

3. Un mundo sin imperialismo ni colonialismo

4. Derecho al agua

5. Desarrollo de energías limpias

6. Respeto a la madre tierra

7. Servicios básicos como derechos humanos

8. Combatir las desigualdades

9. Promover la diversidad de culturas y economías

10. Vivir bien, no vivir mejor a costa del otro