martes, 6 de diciembre de 2016

desaparezcan de mi mente

Hablaba Lorca de un Duende: ese que a la vuelta de un par de tragos, en medio del humo y las risas, se abre paso desde dentro del alma y se expresa convertido en poema o canción. Pero hace rato que lo tengo dormido... Hoy llegaron las musas al llamado del jazz, ese que dice: "como yo te quise nadie, nadie, nadie te ha querido (...) yo vivo como el aire libre pero sin saber a dónde va..." 
Pero las musas no entienden mi explicación sobre la constante transfiguración de rostros que urgida se balancea en el archivo de mis amores, en el centro de mis querencias, sonrisas y nostalgias...
Después de todo no se equivoca el jazz cuando les pide, a esos sin caras, a esos mezquinos, a esos ambiguos amores: "...si ahora tú te marchas, vete para siempre, no te des la vuelta que las vueltas siempre duelen; y abre la ventana que da al paraíso: olvídame si puedes que yo no he podido..."

viernes, 4 de noviembre de 2016

cómo te digo...

Cómo puedo contarte que me gusta gustarte.
Joaquín Sabina
Ella te gusta...
Sus ocurrencias, sus anécdotas, su decir dicharachero, su fé en la vida, su paso sonoro por donde pisa y pasa; su risa a prueba de ajenas amarguras.
La piensas y la admiras...
Te la imaginas desnuda por una noche y te la imaginas de tu mano por una vida, luego evades y sigues.
Ella te asusta...
Puede representarte el fin de tu paz, la amenaza de tu equilibrio, o el eje de un doloroso desprecio por lo no recíproco, por el temido "no va más" que se anticipa a cualquier anhelo.
Luego se te olvida; ignoras que existe, finges olvidarla ante tu espejo matutino y sigue tu rutina, el día a día: lo ordinario.
Ella jamás será ordinaria, ni corriente, ni frívola, pero jamás será tuya porque en tanta esencia la posesión no aplica.

Ella jamás será tonta, ni básica, ni será inoportuna,

ni estará de más; pero tampoco será para estar a tu lado: porque jamás te atreviste a abordarla.
Hoy volvió a suspirar en comunión con su soledad mientras lo "regular" de tu existencia te arropa y te carcome: tú te lo pierdes...


martes, 9 de febrero de 2016

en martes triste

¿Cómo se aprende a vivir sin esperar? Simplemente respirando, sin pensar en poco o nada más allá de lo que el presente ofrece. Aprender a "soltar todo y largarse" sin que la conciencia llegue con su pájaro carpintero a taladrar todas las tejas, sean de madera o no. 
Necesito saber NO esperar, no aguardar, no anhelar. 
Definitivamente hay una mutilación necesaria cuando se cree tener la "responsabilidad" de seguir sobreviviendo.

lunes, 8 de febrero de 2016

pavadas de carajita

Nunca creí en hadas madrinas ni aprobé la potencial existencia de princesas, mucho menos de príncipes, mucho menos azules. Sin embargo, a ese que en penumbra llega sin poemas y sin flores, con gama apetecible de humanos defectos y vestales arrogancias; ese que irrumpe en mi sueño y en mi vigilia auto otorgándose el derecho de atravesarse en mi azotea, quebrar las tejas de mi techo, de halarme mis sábanas favoritas y con ellas llevarse mi calma. A ese en fin, aunque no me oiga, aunque no sepa de mí, aunque en vano sean mis súplicas y de más estén mis ruegos, igual le exijo no vulnerar más los pocos pétalos que guardan rocío. Igual le pido, si le es posible, no quebrar las últimas fibras que sostienen mis alas. No restarle verde al prado ni carmesí a la sangre. Así nunca me toque, que me deje intacta la ilusión de saberme deseada, admirada, de manejar como certeza la posibilidad de que a quien amo igual me ama. 

domingo, 7 de febrero de 2016

Es tan pero tan duro sentirse sólo en medio de la gente. Vivir la soledad al cuadrado, a veces a la décima o enésima potencia... Es tan triste sentirse triste sólo por experimentar vacío, incertidumbre.
¿Acaso sólo yo vivo la vida sin convencimiento?
Sólo yo coreo aquella estrofa de Manolo:
"Alejate espejismo del amor eterno, sólo eres literaria veleidad, ni al peregrino das posada ni al sediento agua ni al que ansía saber muestras la verdad..."
Definitivamente no, no soy sola aunque esté sola. Sólo soy un rostro más en el coro de rostros solitarios, que aunque hagan coro, no se parecen entre sí. Porque ninguna melancolía tiene réplica. Eso sólo pasa con la risa.

domingo, 31 de enero de 2016

puede que vuelva a ser yo

Transcurridos doce larguísimos meses desde la última vez que les permití (y que me permití) leerme, debo acotar (no sin poca vergüenza) que la distancia y el motivo del "vacío comunicacional" no responde a loables acciones, ni a alguna tragedia personal. Claro, si no se considera tragedia personal que un ser como yo, se encarrile en un quince y último de domingos de fútbol y columpio en el jardín...
Es que, a pesar de cualquier cantidad de auto interpelaciones, no puedo considerar que me enfrento conmigo si no tomo la decisión de escribir mis cuitas de adentro adentro, y además las publico para mayor autocrueldad. Debiendo reconocer (por ejemplo), que pasó un año, pasaron dos, pasaron tres, y esta mañana me hallo anhelando las horas eternas que en mi haber eran minutos dentro de un laboratorio donde cuidarle un cultivo a un tesista, sacar un diagnóstico o esterilizar un material era la dicha aunque jamás me pagaran. Me encuentro extrañando las tardes bajo el árbol de mango oyendo las reflexiones variopintas y siempre de inmunología del Profe Jorge, esas tardes de fumar y beber café en ayunas sin que el estómago doliera. Me hallo encarnando la canción de Pablo ¿Dónde estarán? y apenas cumpliré la edad de Cristo: fácil no está.
Con los mejores amigos retirados de mi ciudad y muchos del país, con la realidad de una graduada en una profesión de decepciones y utopías; con el espíritu aún apostándole a otro mundo posible, aunque mi alma y pies a diario pateen inmundicias de apegos, alieanamientos e injusticas como piedras en el camino y como pan en la mesa, acá sigo empecinada en demostrar que "me adapté" pero aún clara en estar "atormentada de sentido" y ahí si tiene razón Fito: esa sí es la parte más pesada; ahí tiene razón Silvio: la angustia es el precio de ser uno mismo.
Por hoy solo me queda recordarle a quien alguna vez me leyó,  a quien le dejen leerme al que ya nunca me leerá, que sigo en la responsable y perseverante tarea de continuar viva, a pesar de todas mis contradicciones, errores y preguntas al viento, que aún permanezco, en mi camisa de once varas buscándole la quinta pata a la mesa de mi existencia. Que sigo convencida de que no es deber de los ríos guardar un minuto de silencio por mi perenne tristeza, pues cuando suena el río, suena el río y con sus piedras puedo recordarme que el destino del cruel sí tiene nombre, y; con el frío de sus aguas en mis plantas la vida me susurra que aún quedará algún rostro que iluminar con mi sonrisa, algún camino que indicar con mi mano.
Quizás mañana vuelva, a comentar algunas u otras cosas...

 

10 Mandamientos para salvar la tierra

1. Acabar con el sistema capitalista

2. Renunciar a las guerras

3. Un mundo sin imperialismo ni colonialismo

4. Derecho al agua

5. Desarrollo de energías limpias

6. Respeto a la madre tierra

7. Servicios básicos como derechos humanos

8. Combatir las desigualdades

9. Promover la diversidad de culturas y economías

10. Vivir bien, no vivir mejor a costa del otro