El verte correr e interrumpirme de continuo me ha inspirado; eres luciérnaga de mis penumbras y flor hermosa incapaz de marchitarse ni perder su olor aunque haya todo el estiércol de este mundo rondando; eres el único ser capaz de aglomerar toda mi capacidad de ternura con solo decirme "mira mami", eres mis días sin dormir para darte la teta, eres los besos infinitos que pueblan mis noches sobre tu frentecita llena de sueños maravillosos y de fantasía, eres la cara de luna de todos mis anhelos, quien le da fuerza a mi pulso, a mis pasos, al orden de mis ideas.
Tú, hijo, eres la razón de que no haya día sin risas y sonrisas en mi rostro y eres el por qué de que ahora la tristeza esté de capa caida para no volver jamás, porque hay un bebé, niño, hombre al que me debo, sin rendirme nunca porque soy su mamá.
"Soy feliz aunque ustedes no me den permiso, me bendice Dios y me guían Bolívar y Marx" A. P.
sábado, 12 de septiembre de 2009
Carta #3 a mi Santiago
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario