quiero ser dueña de mi

por qué esta vergüenza? ¿Por qué no dejar en una publicación electrónica o física todo cuanto siento y pienso en una de mis noches?
Definitivamente, constituye un patrón muy humano, muy nuestro, el hecho de que nos importe más lo que vayan a pensar sobre nosotros ue lo que podamos sentir y hacer frente a ese sentir. Por eso inicialmente, tuve reticencias para escribir estas líneas, y eso me ayudó a tener un principio, un eslabón por donde ir halando mis palabras, mis porqués...
Mi cama vacía, mi hermoso hijo en su cunita de sueños color pastel, mi madre en su sopor de duras luchas, mis intensísimas ganas de jugármelo todo, mi experimentada boca en la flor de sus mejores años, mis cinco mil palabras desechadas diariamente en el silencio de diez mil oidos ausentes; lo veo todo y me pregunto el por qué de una soledad tan encarnizada, tan contradictoria al mirar el rostro de mi fruto, al escuchar las razones de mi madre. Yo misma me respondo: el tamaño de la calidad de mi amor no ha dado con su destinatario justo,Necesito vivir y sentir que el hombre si puede ser gente, sentir que no necesito de nada para dejar de suspirar, que todo pasará. Que cerraré círculos, que trancaré para siempre muchas puertas que solo han sabido conducirme por corredores dolorosos, que mañana dejaré de hacer esa llamada. Que el mes entrante sonreiré sin evocar ningún nombre, y lloraré de emoción por Santiago o hasta por mí, pero ya jamás recordando una espina, nunca más reviviendo el ardor de mi piel troceada por desdenes y falsas promesas de entrega y pasión.
Soy joven, sola, dejada por sus amigos, por hombres y mujeres a quienes he amado, pero soy hija soy madre y lo mejor aún: soy patriota; de mi país y mi hermoso terruño latinoamericano. Pero hoy, solo quería decir varias cosas: que me siento sola, que solo espero ver correr las agujas del reloj, para que el tiempo en su avance enseñe a caminar a mi hijo y me enseñe a mí a ser dueña y señora de mi propio corazón.