Tú que hurgas en mi alma con la intención firme de salvarla de las llamas
Tú que sobrevives por la gracia del amor que en tu hogar se te profesa
Tú que ante todo eres mi recuerdo tierno, la firmeza en mis propósitos
y la brújula especial de mis laberintos;
recuerda siempre que
(no solo porque me trajiste aquí y alimentaste mi estómago y mi espíritu,
o por ser la nana de mi hijo
y la madrina de mis peas),
por ser admirable en mil tópicos y buena gente hasta lo indecible;
por eso también mamita,
mi amor más grande es para tí.
1 comentario:
las madres..que divinas..
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