“Dicen que Bolívar trae, furia y coraje por dentro,
al ver que nos han quitado lo que él dejó siendo nuestro;
dicen que viene caliente por nuestro comportamiento,
al dejar caer su espada y también su pensamiento…”
Alí Primera
“Dirán que pasó de moda la locura,
dirán que la gente es mala y no merece, mas yo partiré soñando travesuras;
acaso a multiplicar panes y peces (…) yo me muero como viví”
Silvio Rodríguez
No se puede negar lo difícil que llega a ser dirigir una misiva que englobe lo que mi humilde corazón quisiera lanzar como explosión de mensajes que, más que imposiciones ofrezcan amor, verdades que no redunden en fútiles tristezas, amagos de justicia que no se queden en nada. Pero sobreponiéndome al tamaño de lo que se me dificulta acá estoy, intentando hallar las frases, los motivos, las razones para hacer sentir a mi pueblo tal: pueblo, esencia de un estado con derechos y de derechos y por tanto con obligaciones ineludibles.
Pueblo mío, ponle fin a la vileza de una idiosincrasia de amor al lucro y a la ambición insensata e inhumana; deja a tu corazón tomar las riendas de tu vida, de tu andar por los rincones de tus casas, de tus calles, de tus porqués…
Ojalá alguna vez le demos la razón a nuestro padre cantor Alí, cuando decía que éramos (quizás apenas alguna vez lo seremos) tierra sin culpa y tan buena, patria buena, sufrida, sin culpa y tan buena. Pudiendo entender que el tiempo está a favor de los pequeños y es por ellos: por los pequeños en tamaño y en dinero, en altura y en poder que se debe volcar nuestro brazo al obrar…¿será tan difícil?... o tan sencillo como “la bomba por el arado” el más humano de todos los trueques.
Será que Venezuela, con su Mc Donald en cada esquina, con sus vitrinas de Zara y sus guajiritos en las carreteras podrá ser alguna vez lo que en mi corazón representa?
Despertemos pueblo amado, ya la historia despertó…
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