Hijo, ojalá me sobrara la tinta, el papel, y el tiempo para dejar prueba actual de todo lo que me generas y puedas leerlo cuando el paso y el peso de los años te haga conocer más del curso de la existencia y sus letras castellanas. Sin embargo aquí estoy, dejando mis líneas hacia tí en este rinconcito virtual del mundo entero. Diciéndote que te amo como nunca y como siempre.
Hoy te quedaste llorando en el kinder, cosa que ya habías superado pero te entendí: muchas emociones juntas.
Tuviste dos tortas de cumple en tus cuatro añitos, una amigdalitis y bronquitis que te mantuvieron pegado a mí como un pollito recién salido del huevo una semana entera sin volver a tu salita y dos intensos días en el regazo de tu papá, que se te volvió a ir a su trabajo.
Siempre que estoy de tu mano camino al colegio o a cualquier parte, me estremezco y sufro anticipadamente de pensar en cuando ya no seas ese crío hermoso y tierno, cuando camines solo...
Pero me mantiene esperanzada y firme la casi certeza de que nunca perderás esa ternura; tengo la fé de que será como tu papá: un hombre que a pesar de lo fuerte y lo curtido que lo ha puesto nla vida, mantiene la voz, la mirada y el corazón mullidos de ternura y de nobleza. Eso te auguro. Además de agradecerte una y mil veces que hayas elegido mi vientre como vía para traerte hasta este loco y contaminado planeta en el cual espero que sobrevivas a muchisimas cosas tratando en lo posible de estar lleno de paz y jamás ser infeliz.
Cuenta conmigo, con mis manos, con la fuerza y el empuje de mi amor, siempre siempre siempre hijo aún más allá de mi vida y del ingrato espejismo de mi probable muerte. Te ama:
No hay comentarios.:
Publicar un comentario