“Triste
llevo la boca: ¡Ríete siempre!”
Antonio
Machado
Tan convulsos estaban mis días para el día
en que cumpliste otro año (en este caso seis) más, que casi olvidé dejar algo
entre líneas…
Pero no, acá está tu madre luchando con las
palabras como he luchado siempre, tratando de enamorarlas, de conjugarlas de
forma, al menos decente, y tratando como siempre de hacerte saber que eres muy
muy muy amado por mí.
Hijo, para nadie en nuestra hermosa y
diversa familia es un secreto que sufro de una enfermedad mortal e incurable, y
eso me hace vivir muy de prisa, y eso me empuja a comerte a besos, pero también
a no transigir cuando te regaño, cuando considero imperioso enseñarte algo
importante; a no ceder en los sueños de dejarte estable cual hombre digno de
esta patria y de su magnánima historia.
Por eso aparecí el día antes de tu
cumpleaños y desaparecí al día siguiente: porque ando aventurando en otra
ciudad en la ambición de proporcionarte una vida para vivirla, porque ando en
el intento amoroso de serle útil a nuestro pueblo; partiéndome entre las
madrugadas de un laborar, que no se hacia dónde ha de llevarme (monetariamente,
aunque en mi alma si sé que huella dejará) y entre los inmensos pájaros que
dentro de mi cabeza no me dejan aterrizar en el suelo de lo vulgar.
Amado niño, futuro hombre, siempre hijo
mío: eres mi horizonte, mi fuerza, no lo dudes; crece, surge, sueña y hazte
real, que aquí está tu madre que cree en ti, así polvo enamorado sea mi cuerpo
o así de arrugas se vista mi rostro, este indómito espíritu que jamás se
doblegó a amores rutinarios, ni cobardes, ni mediocres siempre ha de ser joven
y siempre ha de estar junto a ti.
Me amarro al
momento, y lo único que poseo,
con los hombres azules irme al azul desierto.
Es lo que hoy deseo, y a ti te deseo
que de cascabeles, pífanos y timbales
se alegre tu camino.
Que nunca te sea adverso el destino.
Que encuentres en tu vida
amigos diáfanos y entretenidos (…) Y a ti te deseo que encuentres tu camino.
con los hombres azules irme al azul desierto.
Es lo que hoy deseo, y a ti te deseo
que de cascabeles, pífanos y timbales
se alegre tu camino.
Que nunca te sea adverso el destino.
Que encuentres en tu vida
amigos diáfanos y entretenidos (…) Y a ti te deseo que encuentres tu camino.
Es lo que hoy te
deseo y lo que hoy te escribo.
Manolo García
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