Quédate con mi luna
en tu órbita; dame a cambio una noche de tu sol,
Quédate con mi paz
te la regalo (…)rompamos el silencio, gritando tu, gritando yo”
Ricardo Montaner (Por Una Noche
De Tu Sol)
La teoría de que
el amor se comporta como las mariposas, resulta más precisa que los posibles
efectos de un hipotético cupido. Sin embargo, por muy quieta me quede no logro
verte llegar ¿qué tan lejos estarás?
Aquí te espera
mi entereza con manos y labios incluidos.
Aquí aguardan
para tus oídos mi infinidad de historias con y sin su música…
Aquí mi locura
para amar con mi cordura para permanecer
Camina, avanza,
corre, vuela; recuerda que a las agujas
del reloj le somos cruelmente indiferentes.
Llega pronto
para hablarte bajito y escribirte a mano: y escribirte con las manos sin papel
ni ropa.
Y así,
recordando a Serrat(1): a salvo en el pequeño edén de un cerrado
espacio gastarnos los labios en un cuerpo a cuerpo fiero, donde al exilio vayan
el miedo y la soledad perdiendo la muerte por dos a cero, pero sin hora del
timbre que anuncie tu ausencia…
(1): A la Hora
del Timbre: Joan Manuel Serrat (parafraseando parte de la última estrofa)
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