No me importa con esto que escribo reconocer de hecho y derecho que soy irremediablemente cursi

"No digas no, que te conozco y sé cómo piensas (...)
desde hace tiempo de amor no me hablas usando el tiempo futuro (...)
disimular y negar la evidencia como haces tú cuando intentas fingir..."
(Se lo escuché a Laura Pausini)

"Si es el amor apuesta todo a ganador"
(Se lo escuché a Ana Gabriel)

Aún cuando puedes hacerme explotar de impaciencia con tus pueriles faltas y terquedad en las fallas cotidianas, soy perfectamente capaz de seguirte amando y así lo hago, así permanezco...

Soy la que necesita de algunas líneas de Goethe y de un café en la mañana para no sentir que dejaré de respirar, sí, lamentablemente soy quien oye a Navajita Platea', porque de puertas adentro con el raeggeton no vibro tanto como con la rumba flamenca y; sí, adoro que me quede deliciosa la comida y la ropa perfumada, pero lo adoro por puro gusto, no porque considere que se me obliga a hacerlo, porque (sí) yo: trabajo duro, para todo: producir medios de subsistencia, cuidar de los detalles que el resto de la casa y el mundo ignoran, ver de que mi niño jamás tenga pañalitis, ni caspa, ni cólicos, y para mí y mis necesidades internas la casa = el hogar, al igual que para tí: no es mi único por qué de ser y estar: estudié 7 años, me recibí y mis anhelos de trascendencia están fuera de la cocina y del cuarto igual que los tuyos, ni más ni menos.
Con esto no te digo que no seré dichosa y plena de ver a mi niño de punta en blanco en la escuela o en un grupo scout con perfecto uniforme y lonchera, todo por obra de mis manos que se afanan, pero insisto: lo haré por amor, por el mismo amor que te sirvo el café o te investigo algún tópico de microbiología y sé:

que, por mucho que me hostigue tu falta de candor, de calidez, de seriedad al responderme una pregunta que me hace insegura, o al decirme la hora en que llegarás a casa, así como me hiere y me emputa el alma que me grites que NO TE DA LA GANA de dejar NUNCA de fumar, y así como me llena de frustración y melancolía que nunca sepas tener un detalle, un recuerdo, un regalo un papel, ni nada por propia iniciativa, así también sé que:

nunca encontraré ojos más febriles de amor al notar que me extrañas, ni hombre con mayor sentido de compañerismo y calor al acostarte a mi lado así sea a ver las noticias, ni un padre de tu nivel para nuestro hermoso niño, un colega tan inteligente, solo para mí en mi propia casa, cama y mesa, ni un amigo, camarada y confidente, tan íntimo, incondicional, todo terreno como tú, por eso, amor por eso, muy lejos estaría de cambiarte por otro si ya escogí que te quiero porque te quiero preciso por lo que eres y no por lo que te falta, y muy lejos también de aspirar a que sigas siendo como eres construyendo todo lo que te falta (sería intentar crear lo imposible).

Por eso yo, quizás no quiera aún aprender a hacer arepas, a coser o a planchar, pero solo te aconsejo amor ante tal problemática, que te plantees qué querías de un matrimonio, porque si entre las expectativas estaba una sirvienta, se te olvidó que soy bióloga, aprendiz de ensayista, profesora y mamá, que quizás a mis hijos no les enseñe punto de cruz o a pulir el piso pero sí sé mucho de química y de literatura antigua y contemporánea... Por tanto amor mío, negro de mi vida, florón de mi corona de amores espinados, si te hace falta hacerlo, replantea tus necesidades de pareja, pero eso sí, recuerda que la dicha y las virtudes nunca vienen completas siempre se debe escoger y quedar fallo de algo y en lo que a mí respecta soy como Serrat: aquella que por ofrecerte agua cruzó desiertos a pie.