Canta Serrat:
La mujer que yo quiero no necesita bañarse cada noche en agua bendita;
"tiene muchos defectos" - dice mi madre, "y demasiados
huesos" - dice mi padre-: pero ella es más verdad que el pan y la tierra,
mi amor es un amor de antes de la guerra, para saberlo... La mujer que yo
quiero no necesita, deshojar cada noche una margarita.
Yo no soy la que sobrada sabe que
ate a nadie a mi yunta, o quizás sí, y quizás son unos cuantos los que sueñan
de vez en cuando conmigo, los que casi a diario buscan el modo de ofrecerme una
vida (por demás ficticia y de "escoba nueva") llena de bombones y
flores.
Pero entre esos cuantos no estás tú...
Pero entre esos cuantos no estás tú...
Por lo
cual, sí me veo de cuando en vez deshojando cayenas, ixoras y comiéndome los
pétalos del "no me quiere"
Porque la certeza de mi sensación
de soledad es, como canta Serrano:
Negra como una caries, como un septiembre estudiantil, como la certeza
de que no sueñas conmigo, negra como aquel bar donde se esconden los
malditos...
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