lunes, 23 de noviembre de 2009

hombres hombres



Lejos de ser o parecer sexista, no puedo eludir, ni en mis pensamientos, ni en mis observaciones más vanas, que, definitivamente, hay marcadas diferencias en la manera de desarrollar, expresar y manejar los sentimientos los hombres versus las mujeres. Gabriel García Márquez menciona una "mezquindad en los sentimientos" de la que solo son capaces los hombres y esa frase jamás la pude olvidar, pues la fuí corroborando cada día de mi vida: Mi hermano dejó a su mujer, a la cual llevó al altar sin ser católico, a la cual, complació en todo cuanto pudo, la dejó con un: "no te quiero más" de los mil demonios, y quién puede decirle "malo" por ese hecho??? Quién podría decir que en su momento los "te amo" no fueron verdad?; mi marido jamás me escribe un mail, una nota autoadhesiva, nunca me ha dado una rosa (aunque sí mil chocolates), es incapaz de llegar y darme un inmenso abrazo y sentarse a cenar (nunca llega a la hora de la cena) conmigo mientras me mira y hablamos de lo que sea antes de sentarse en la PC a "seguir trabajando", no planifica momentos románticos, de hecho, no tenemos, una canción, una fecha aniversaria, un sitio especial... y quién puede decir por toda esta retahila que este chico noble de los mil chocolates y las muchas concesiones no me ama con toda su vida o al menos con la mitad de ella??? No quiero dar hoy tantos por qués y por ejemplos, a fin de cuentas, las mujeres tenemos nuestro cuento de ponzoña y actitudes viles en el querer y sobre todo en el "desquerer", y además tengo un padre hosco y una madre compleja pero ambos son extremadamente amorosos aunque estén separados, y de paso, la vida me marcó y me bendijo con un hijo varón como para que no hable tanto y tanto... pero exhorto a los que me leen a que dejen dicho cualquier cosa al respecto.

1 comentario:

Clandestino dijo...

Cada persona es un mundo. Cada mundo de cada persona es celosamente guardado tras el hermetismo que encubre sus íntimos secretos.

Esperamos reacciones positivas de nuestros seres queridos, que nos complazcan en ellos, a la vez de mantenerlos ocultos a su conocimiento.

Unos se cansan de escudriñar durante tiempo sin percibir nada que le reporte entendimiento, en la falta de respuesta a su esfuerzo. Tu hermano se preocupó en mostrar su amor alimentándolo a ciegas sin ver lo inútil de su esfuerzo, hasta saberlo destruido antes de conocerlo.

Matrimonios conviven durante décadas queriéndose sin comprenderse. Los hombres simplemente somos algo más insensibles a esta realidad, pero no es cuestión de mezquindad, en los sentimientos. Percibimos el malestar e intuimos una especie de inquietud por alguna carencia que no guardamos sino que no acertamos a cubrir, ni recibimos alguna señal de nuestra esposa que nos lleve a alguna conclusión feliz.

Seguro que tu marido ignora esto que escribes. Lo lanzas al viento en la esperanza de alianzas en el entendimiento, pero ante él lo guardas con celo tras tus besos, porque descubrírselos te desnuda y te cuesta desprenderte de lo que cubre ese tu refugio secreto.

Compartimos la vida con seres queridos. Pero nunca se la entregamos. Nuestros secretos la defienden. Desnudos quedamos a merced de nuestra propia debilidad y tememos que a su suerte. Nunca nos arriesgaremos a deshacernos de tantos pensamientos que ni siquiera nosotros mismos a todos los conocemos.

Convivimos y nos queremos hasta morir, pero somos totalmente extraños de alma para adentro.


10 Mandamientos para salvar la tierra

1. Acabar con el sistema capitalista

2. Renunciar a las guerras

3. Un mundo sin imperialismo ni colonialismo

4. Derecho al agua

5. Desarrollo de energías limpias

6. Respeto a la madre tierra

7. Servicios básicos como derechos humanos

8. Combatir las desigualdades

9. Promover la diversidad de culturas y economías

10. Vivir bien, no vivir mejor a costa del otro