Nadie me dijo que era fácil

"Supón que no hay remedio.
Remedio es todo lo que intento (...)
y ve que no hay ausencia para el dulce abismo"
Silvio Rodríguez

esto de ser un individuo complejo y que para colmo perdió el miedo a pensar y a repensar, perdió el gusto por las pantallas de tv y nunca le han gustado los libros de autoayuda, nadie me prometió jardines de rosas ni se me dijo que habría sencillez en mi andar por el rojo río de los caminos. Sin embargo, me sigo admirando de mis días difíciles, de mi sempiterna dualidad entre el ser adaptado y el que vive al margen, atormentado de sentido como dice Fito Páez en su canción, caminan conmigo dos "yo" la que sabe que hay que preparar almuerzo y la que quiere correr a escribir con un vaso de vodka y solo un chocolate, caminan dos Mayela dentro de la que se peina con cremas perfumadas para rizos... Quizás (como con Hesse) no caminan dos si no miles de bestias como aquel lobo de la estepa que en mi espejo existencial acorralado me explota la hilaridad, la amarga risa que nace de verme a mí misma entre espadas, ollas, libros y unas cuantas paredes y carreteras.

Solo sé que cada vez me preocupa más el día de mañana (léase me preocupa, no me ilusiona) y el sentirme tan preocupada me zahiere doblemente; la sensación de que un enfermo sistema haya logrado absorberme hasta perder mi salud de origen (mi pureza), me aterra... Por eso es probable que me alegre hacer (mínimo) un disparate diario, o una locura al mes, por eso, puede que cobre el aliento al aún merecerme recibir una llamada de alguien que solo quiere que le escuche un poema o al encontrarme en la calle al indigente de siempre y ver que no olvidó mi nombre... No se si me entiendan, no sé si me explico.