viernes, 29 de marzo de 2013

A tu… ¿muerte?


“…Dejará la memoria, en donde ardía:
Nadar sabe mi llama el agua fría,
Y perder el respeto a ley severa.
Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido,
Venas, que humor a tanto fuego han dado,
Médulas, que han gloriosamente ardido,
Su cuerpo dejará, no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado.”
Quevedo y Villegas




Una venezolana de a pie, de a piecito, nacida en un materno infantil de esos años ochenta de dilapidación a su patria, una venezolana que no cuenta a lo sumo con cuatro pares de zapatos viejos, hoy quisiera contarle al mundo del sabor de un duelo que jamás se resolverá, pero que se transfiguró en millones de corazones fervientes de amor patrio, de amor al hermano, de amor a la vida verdadera…

       Un líder popular, cuyo motor para caminar y ser seguido no consistió sino en el amor de él hacia su pueblo y su suerte y la correspondencia de ese mismo pueblo hacia él. Caminó, trabajó, luchó y, lo más importante; tuvo el valor de hacer exactamente todo cuanto dijo que haría… y más.

Amado Comandante: desde el día que dijiste por primera vez padecer de cáncer, te he escrito, he llorado mil veces tu dolor, y especialmente, desde el día, que Caracas se nubló y en lluvia con sol anunciaron tu definitiva partida física, he intentado escribir algo, digno de un homenaje que haga honor a tu invaluable memoria, a lo gigante de tu estampa en todos nuestros corazones y sinceramente: me considero indigna. Quizás mi palabra sea pigmea ante la grandeza de tu legado, de nuestro duelo, de esta inmensa semilla que ya germina en cada rincón de nuestro pueblo.

Por tal razón, humildemente me limito a decirle al mundo o al que, amorosamente, se permita y me otorgue el honor de leerme, que nuestro Comandante SÍ es nuestro Comandante Supremo, amado, eterno, y a él “por ahora” citarle esa vieja canción trovadoresca: que puedo yo cantarte Comandante si el poeta eres tú (…) y el que ha tumbado estrellas en mil noches de lluvias coloridas eres tú (…) que tengo yo que hablarte si el poeta eres tú”

Eres mi Padre Hugo Chávez, eres mi ángel, eres mi fuerza, el redentor de los pobres y desprotegidos de mi Patria que nunca más estarán desvalidos porque los enseñaste a pensar, a defenderse, a creer en sus poderes creadores. No desaparecerás jamás mientras la poesía exista y ya floreciste porque todo lo hiciste florecer.



No hay comentarios.:


10 Mandamientos para salvar la tierra

1. Acabar con el sistema capitalista

2. Renunciar a las guerras

3. Un mundo sin imperialismo ni colonialismo

4. Derecho al agua

5. Desarrollo de energías limpias

6. Respeto a la madre tierra

7. Servicios básicos como derechos humanos

8. Combatir las desigualdades

9. Promover la diversidad de culturas y economías

10. Vivir bien, no vivir mejor a costa del otro