“…En
estos días, todo el viento del mundo sopla en tu dirección (…) no sale el sol,
sino tu rostro, y en el silencio, sordo de tiempo, gritan tus ojos…”
Silvio Rodríguez
Quizás
alguna vez deje de confundir el zircón con el diamante, y ese día ni los
espejos me develen.
En
algún tiempo sabré devolver lunes por viernes, indiferencia ante la entrega,
silencio ante la más hermosa y esmerada palabra.
Será
ese el día en el que el plástico rosal y el jardín a mi nariz le den lo mismo y
pueda decir: ya no te espero.
Y
justo ese día llegarás: sonriente y diáfano, y pasaré de largo sin saber que
fuiste, que eres, o que estás…
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