domingo, 30 de agosto de 2009

Al Comandante Chávez desde abajo (se ve mejor a veces)










Hola Comandante, reciba mis respetos, abrazos y manos siempre solidarias en la labor de ayudarlo en sus continuas luchas por ser los venezolanos y latinoamericanos todos, más libres y prósperos. Ojalá algún día a sus oídos llegue aunque sea uno de los párrafos de esta humilde misiva y que al llegar, lleguen intactas las líneas que tengan que llegar.

Presidente, Comandante y ante todo compatriota mío, imagino hasta qué punto ha podido estar Usted presionado por la mala intención, la saña, la perfidia y el veneno de quienes además de adversarle le envidian y atenazan con su odio sobre cualquier buena intención suya; y por eso quiero ante todo reiterarle mi apoyo como ser humano y aclarar que todo lo que de aquí en adelante pudiera escribir y leerse como crítica, aunque lo sea, no tiene otra dirección que alertar, avisar, ayudar y "atajar" con respecto a lo que, mi condición de mujer humilde que ve las cosas desde abajo puede apreciar y de repente Usted no, por estar sumergido en miles de ocupaciones y rodeado por un cerrado círculo de seres humanos, algunos que de verdad le aman, apoyan y ayudan y otros que, necesitan (para su egoísta bienestar) que Usted, no sepa, no vea, no se entere;

Comandante amigo, como amigo fue y es el Ché, Camilo, Fidel y mi sempiterno General Simón, amigo mío, sabía Usted de la presentación de fotos (que imagino que debe ser una de las cientos que existen) en donde sale su familia con relojes Cartier, Channel, y viajando a conciertos de Madonna, o paseando en las Vegas? Cosa que, me parece absolutamente normal y un gesto de envidia y bajeza sacarlo a la luz como señalando un crimen. El asunto es que, si quienes le adversan aducen que es una ignominia oírle hablar contra la oligarquía y en favor de la austeridad y el racionamiento mientras dicen tener pruebas de que quienes le rodean ostentan todo lo contrario, imagínese Usted qué no dirán, qué de horrores no hablarán si tuvieran un enfoque más objetivo y comenzaran a cortar la tela inmensa del historial de corrupción que muchos de los funcionarios públicos de sus distintos períodos gubernamentales han sabido generar, y sé que siempre es a sus espaldas, pero quisiera, y de verdad, que, en pro de que toda la lucha suya y nuestra haya valido la pena, quisiera, repito, que todas las veces que suena el río, a Usted le permitan que vea las piedras que lo hizo sonar, que cuando se diga en toda una Región que Di Martino (solo por citar un ejemplo) es un ladrón y un Estado entero, lo castigue negándole su apoyo electoral a este candidato no lo veamos luego a Usted abrazándole en reuniones y eventos porque mi pueblo (a veces ignorante y reaccionario, no lo negaré) terminará desconfiando de Usted también.

No soy yo, no es de una individualidad de lo que le hablo, es el pensamiento colectivo, que termina imponiéndose por sobre todas las cosas, razones y sinrazones. Amado Presidente Hugo Chávez, yo, como pobre mortal, simple venezolana de a pie jamás le he negado mi apoyo en ninguna contienda tan solo porque parto del hecho diáfano y sencillo que me inspira: sus días y noches enteras sin dormir en el esfuerzo continuo y hermoso de hacer surgir a mi pueblo y por el inmenso logro de haber tomado en cuenta a los desventajados de los que jamás, desde de tiempos inmemoriales, nadie que se sentó en su silla supo recordarse ni condolerse, ya eso me basta para darle mi apoyo total pero aparte de eso (felizmente) hay decenas de otros hechos que me hacen apoyarle también.

Ahora le pido, en nombre de todo lo construido por su pueblo gracias a su amorosa iniciativa: valore Usted mismo todo cuanto hace y seguirá haciendo, valore sus noches sin dormir, su dolor de espalda, sus lágrimas y desazones, valore su lucha y los años consagrados a su patria, valore todo, ¿De qué forma? No obviando todo lo oscuro, todo lo turbio que le puede estar rodeando, recuerde a Bolívar en las veces que fue duro y principalmente recuerde, cuánto le costó el haber sido blando, el no haber fusilado a ciertos traidores, el haber confiado en otros tantos, el haber creído, el haber callado…

No permita que se repitan las fallas de hace doscientos años ha. Por mucho que le duela o por mucho problemas que le genere que rueden cabezas hágalo, no importa cuánto le cueste. La dignidad de su lucha no tiene precio, y el verdadero pueblo le llenará de gloria, al tiempo que sus detractores se quedarán sin argumentos válidos para ofenderle y censurarle.


Sépalo Presidente: hay cientos de módulos de Barrio Adentro sin terminar de construir o siendo mal utilizados, hay desvío de medicinas, de comida, de recursos para becas, hay fallas en la entrega de bonos de alimentación, hay fallas en el cumplimiento de horarios, de obligaciones, de TODO en los funcionarios públicos; siguen levantándose tarde, siguen sobornando al pueblo y lo sé Comandante, tanto lo sé: NO ES SU CULPA pero es culpa de todos el seguir permitiendo, el seguirnos callando.


Me despido, enviando esta humilde misiva para su corazón, cual botella que lanzo al mar con la esperanza de que un día sea Usted el marino que la recoja y me lea, y le regalo como recordatorio de una revolucionaria hermana del alma estas palabras de Ernesto (Ché) Guevara de la Serna, que él pronunciara en una charla a los miembros de la Seguridad del Estado, titulada “La influencia de la Revolución Cubana en la América Latina”:

“Contrarrevolucionario es todo aquel que contraviene la moral revolucionaria, no se olviden de eso. Contrarrevolucionario es aquel que lucha contra la Revolución, pero también es contrarrevolucionario el señor que valido de su influencia consigue una casa, que después consigue dos carros, que después viola el racionamiento, que después tiene todo lo que no tiene el pueblo, y que lo ostenta o no lo ostenta pero lo tiene. Ese es un contrarrevolucionario, a ese si hay que denunciarlo enseguida, y al que utiliza sus influencias buenas o malas para su provecho personal o de sus amistades, ese es un contrarrevolucionario y hay que perseguirlo pero con saña…”






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10 Mandamientos para salvar la tierra

1. Acabar con el sistema capitalista

2. Renunciar a las guerras

3. Un mundo sin imperialismo ni colonialismo

4. Derecho al agua

5. Desarrollo de energías limpias

6. Respeto a la madre tierra

7. Servicios básicos como derechos humanos

8. Combatir las desigualdades

9. Promover la diversidad de culturas y economías

10. Vivir bien, no vivir mejor a costa del otro